JULIO. HUARAZ CON GAB.

Sigamos con el viaje a Huaraz.

Al siguiente día desayunamos nuevamente en el restaurante del hotel (el tour que tomamos cubría el alojamiento y los desayunos), y dejamos nuestras maletas en custodia pues nuestro Bus de regreso a Lima salía a primeras horas de la noche, después  vino a recogernos el bus del tour y partimos hacia el poblado de Catac desde donde sale el desvío para Chavin de Huantar. Es un viaje de un poco mas de 2  horas, y en el recorrido se pueden apreciar hermosos paisajes con el fondo de los nevados de la cordillera blanca. La primera parada fue en la Laguna Querococha, a 3980 msnm,  donde nos detuvimos para tomar fotografías del paisaje y aprovechar los servicios del centro de apoyo al turista (servicios higiénicos, restaurante, tiendas, venta de artesanías). Yo no caminé mucho porque quería evitar que la altitud me afectara y no pudiera disfrutar el resto del paseo.

                                       

Seguimos hasta llegar al punto mas elevado de este tour, el túnel de Kahuish, a 4516 msnm, donde se entra a la Cordillera Negra. Al pasar el puente nos da la bienvenida una imponente estatua conocida como el Cristo de las Nieves.

                                     

Luego de un hora de ir por un serpenteante camino, llegamos al impresionante conjunto arqueológico de Chavin de Huantar. Ahí podemos admirar las diversas unidades arquitectónicas como la pirámide trunca conocida como Templo Nuevo o El Castillo; El Templo Viejo que contiene un sistema de pasajes con una avanzado sistema de ventilación y que contiene el Lanzón monolitico; la plaza cuadrangular y la circular. En todas estas edificaciones se pueden ver esculturas y piedras labradas, como la Estela de Raymondi o las cabezas clavas. Como pudimos apreciar, gran parte de este complejo se encuentra aun sin descubrir.

                                     

Luego de un recorrido de mas de 2 horas por el complejo arqueológico, fuimos a  almorzar a Chavin pueblo y después regresamos a Huaraz a esperar la salida del bus que nos trajera a Lima. Aunque en el camino de regreso me sentí verdaderamente mal, esto no empañó lo bonito del viaje. Y también quiero destacar la buen atención de la agencia Chavin Tours y del Hotel La Joya.